martes, 16 de abril de 2013

PEQUEÑO PERO A LA VEZ MÁGICO por Ariadna Martínez Ramírez

Nos adentramos en un espacio muy reducido y a la vez mágico y poderoso.
Empezaremos hablando de su interior. Posee un núcleo acompañado de orgánulos y un líquido, llamado citoplasma, que les permite flotar. Estos tres elementos, junto con su envoltorio de protección, la membrana, forman una minúscula unidad microscópica, llamada célula. Estas se unen en grupos formando unidades masculinas, espermatozoides, y unidades femeninas, óvulos. Al unirse ambos combinan contraseñas y claves para conseguir despertar al reloj biológico con el fin de alcanzar la reproducción.
Cuando los dos se unen, crean una nueva célula que pasa nueve meses dividiéndose en millones de células más, y, así, van formando ojos, corazón, pulmones, manos; en definitiva, un nuevo cuerpo humano. Al finalizar el ciclo de nueve meses, el nuevo ser humano, está dispuesto a salir de su nido, el cual le ha dado cobijo durante ese tiempo, al exterior, donde estará otro ser mayor femenino con los brazos abiertos para criarlo y hacerle descubrir lo que es la vida.
Esta criatura sale al exterior, ante muchas más personas, todas y cada una de ellas de una manera distinta: altos, bajos, gordos, flacos, morenos, rubios, negros, blancos, enfermos, sanos... Al salir de allí él tan solo será uno más, ya que en esa ciudad habrán nacido cientos de niños ese mismo día; en ese país, millones más, y, en la otra punta del mundo, como puede ser África, cientos de millones más.
¿Cómo de una cosa tan pequeña, la célula, puede salir algo tan grande..., la vida? Pequeño, pero a la vez mágico.

ARIADNA MARTÍNEZ RAMÍREZ
CURSO DE ACCESO A GRADO SUPERIOR

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