jueves, 28 de marzo de 2013

"SI ME QUIERE, QUE ME BUSQUE... " por Daniel José Calderón

Si me quiere que me busque..., y los dos pensaron lo mismo, pero no les sería tan fácil eso de buscarse.
La última vez que se vieron, Juan estaba cogiendo un avión hacia Italia y Marina, hacia San Francisco. Ella estaba enamorada de él desde que eran pequeños, pero nunca se lo había llegado a decir.
Cuando llevaba una semana en San Francisco, decidió ir a buscar a Juan a Italia y decirle lo que sentía. Pero, en esos momentos, Juan, que también sentía lo mismo por Marina, se dirigía a San Francisco para decírselo a ella.
Al llegar a Italia, Marina preguntó por Juan en el pequeño pueblo en el que vivía. Le dijeron que no estaba, que se había ido de viaje a un lugar de EE. UU., en busca de una antigua compañera. A Juan le pasó lo mismo, así que, confiando en que Marina daría la vuelta y se encontrarían, decidió hacer un poco de turismo por la ciudad. 
Ella, en cambio, en vez de ponerse a hacer turismo se puso triste; no supo qué hacer. Por lo tanto, decidió pasar la noche en una posada y, al día siguiente, ya decidiría lo que hacer. Al despertarse, se fue al aeropuerto para comprar un billete con dirección a San Francisco, pero no lo consiguió porque el aeropuerto cerraba por huelga. Así que fue al puerto, cogió un barco que zarpaba en dirección hacia su destino, aunque era consciente que tardaría mucho tiempo al dar un gran rodeo. Al subirse al barco, se dio cuenta de que era un barco muy pequeño, con una tripulación muy extraña y siniestra; pero no le dio mucha importancia, porque, al fin y al cabo, les trataban bastante bien. 
Pasaron dos semanas y todavía les quedaba mucho camino por hacer. Habían parado unas veinte veces a reponer el combustible. Cada vez el viaje se les hacía más extraño. Al cabo de un mes y medio, ya cerca de San Francisco, el barco se quedó sin combustible en medio del mar. Intentaron comunicarse con otro barco o con el puerto, pero no pudieron porque la radio no funcionaba. Pasaron tres días más y, a lo lejos, se vio un barco que los fue a rescatar.
Llegaron a San Francisco y Marina se fue corriendo a buscar a Juan. Fue preguntando por todos los hoteles de la zona, pero no lo encontró en ninguno. Se dirigió a su casa muy defraudada. Cuando llegó, cogió su teléfono y lo llamó. Le preguntó dónde estaba y lo fue a buscar. Allí cenaron, pasaron un rato hablando y, después, Juan le dijo qué sentía por ella. Los dos decidieron tener otra cita y, como la relación iba estupendamente, él se trasladó a San Francisco y empezaron un muy bella historia.

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