domingo, 13 de enero de 2013

DESCRIPCIÓN LÍRICA por Noelia Real

La amplia visión alcanzaba todos y cada uno de los diferentes árboles que vivían en aquella interminable novela. Se veían los animales que corrían para cazar a sus presas y las flores que crecían rodeadas de mariposas. La amplia visión percibía, poco a poco, que los libros iban disminuyendo y las hojas de sus ramas ya no estaban, porque ellas, ya secas y rotas, se iban difuminando como el propio verano. Los animales ya no corrían para cazar y las flores no crecían porque, simplemente, no existían. Más adelante, el paisaje seguía así durante varias hectáreas, pues tan solo quedaban algunos trozos de troncos y cenizas.
Lentamente se iba concentrando en un lugar, en la cima de la más alta torre.
El ave se posó suavemente, como una pluma, en unas de sus ramas todavía vivas y con algo de color, y observó tristemente que, bajando su mirada, se encontraba una flor marchita y, a su alrededor, tan solo cenizas, negras como el carbón. Al frente, miles de libros quemados y trozos de ellos, convertidos en cenizas caídas como hojas en otoño en la tierra, y, al fondo, un poco de color verde que se había salvado de aquel desastre.

NOELIA REAL
3º ESO B

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