lunes, 8 de octubre de 2012

DESNUDEMOS LA LITERATURA por Lorena Carrillo

Hoy, de una forma directa, quiero reflexionar sobre el mundo de la literatura. ¿Mi objetivo? Conocerla mejor, saber qué cabida tiene en la actualidad, quiénes son sus seguidores o sus detractores... En fin, quiero desnudarla como si de un cuerpo humano se tratara.
Y, para empezar, ¿por qué no? Filosofearé, como si hubiera sido poseída por uno de aquellos que puso a prueba al mundo y a su inteligencia. Me dejaré llevar por ese mar de dudas y, al adentrarme en el abismo, se acerca una cuestión rápidamente: ¿qué es la literatura y, lo más importante, qué significa para mí? 
Creo que la literatura es como el ying y el yang, el bien y el mal. Es un bello cuerpo que solo pocos comprenden y aman, y otros, sin embargo, la ignoran y la desprecian. Es una puerta a la locura, a la fantasía, a la imaginación, a la expresión del subconsciente, a la liberación del alma, a la evolución... Tiene una belleza que solo unos pocos seres dotados de sensibilidad entienden. Es, pues, uno de los mejores tesoros que posee hoy día el ser humano. El misterio de lo que se esconde detrás de las letras es una incógnita que hace que cada uno entienda a su manera e interprete lo que quiera. Nos permite viajar por el mundo que solo esta dicha sabe, y nos enseña otro universo, ese que otro quiere que veamos.
En mi opinión, la literatura fue el principio del hoy llamado presente. La invención de la escritura dio lugar a esta literatura y, gracias a esta, hoy gozamos de grandes escritores y brillantes obras. La literatura une países, pueblos, comunidades, asociaciones, religiones... ¿Qué haría o sería la religión cristiana sin la obra santa, La Biblia? Sería como un rebaño sin pastor. Y, ¿por qué no? Si consideramos que la Constitución Española es una obra literaria, también podríamos preguntarnos: ¿qué sería de la democracia española sin su Constitución? Y así, podría poner millones y millones de ejemplos.
Y en este punto será donde pondré entre dicho a aquellos que se atreven a ignorar a la literatura y a rechazar su importancia y belleza. Porque sí que es verdad una cosa: no solo son escritores aquellos brillantes que recordamos al pasar los siglos; un escritor es aquel que ama la escritura y siente admiración cuando escribe, el que siente que el mundo es literatura y literatura el mundo. Nosotros somos una composición de letras que nuestro cuerpo esconde bajo algunas ciencias y, aun así, sigo diciendo que hay algunos que no admiran la literatura. Algunos se sorprenderían que les cuentes que aquellos cuentos que esperaban escuchar impacientes por boca de sus padres son obras maestras, y que algunas canciones que tararean son fruto de alguna composición literaria.
Acabado el primer punto y cuestión, quiero ahora adentrarme en otro aspecto. La literatura siempre ha sido hija de las Humanidades, como el peregrino es esclavo de su camino. Entonces yo ahora reflexiono: ¿Humanidades viene de humano, no?, ¿puede ser que esto sea porque la unión de hijos de esta hace al ser humano poder recibir este nombre? Es decir, y para ser más concreto, ¿hace la literatura más humano a nuestro ser? Quizá sea una cuestión aparentemente estúpida, pero no lo creo de veras. Sabemos que Humanidades viene de humano, pero ¿lo otro? Las Humanidades guardan entre otras algunas lenguas como el latín y el griego, unas lenguas que fueron el grano de arena para formar el castillo de la tierra; son aquellas lenguas las que ayudaron a desarrollar el lenguaje que ahora mismo utilizo y, a través de este, se pudo plasmar la imaginación de los mejores para que dieran luz a la literatura, lujo de las Humanidades y, en definitiva, la que hoy estoy desnudando. 
Y, ¿dónde podemos encontrar la literatura? En cada rincón. Hoy en día está al alcance de todo el mundo, pero aun así están aquellos pobres que no leen. ¿Quién diría aquello de "Juventud, divino tesoro"? La literatura se estanca bajo mi punto de vista. Hoy no hay "juventudes, divinos tesoros" que dediquen su tiempo y alma a la escritura, y hay pocos que leen aquellas letras escritas un día. Parece que la tecnología es el único instrumento que hoy tiene importancia; pero, ¿por qué no? ¿Es que la tecnología no puede casarse con el mundo de las letras? Mi respuesta es un sí rotundo. 
Entonces, ¿qué sucede?, ¿qué le pasa a la juventud?, ¿es que la literatura es una enfermedad contagiosa incurable? En mi opinión el mundo se ha vuelto  loco, el ser humano no quiere cultivarse para después cosechar; solo quieren cosechas sin cultivo antes. Y son nuestras mentes las que darán paso al mañana, al futuro. Y, aun así, para acabar el artículo, quiero hacer hincapié en aquellos que reivindican a la ahora desnuda literatura.

LORENA CARRILLO   2º BACHILLERATO HUMANÍSTICO  Y SOCIAL

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