viernes, 12 de octubre de 2012

LAS NOVELAS DE MARÍA por Soledad Ble

María era una mujer que vivía sola en una casa muy grande y bonita. Al estar sin trabajo, tenía mucho tiempo libre; así que se aficionó a ver novelas en cadenas de la televisión o buscaba algunas en el videoclub de al lado de su casa.
Siempre se estiraba en el sofá granate o a veces prefería mejor sentarse en el sillón marrón que estaba al lado de la estufa, ya que, cuando hacía frío, allí estaba más calentita que en el sofá. Pero, el caso era que siempre tenía que ver una novela antes de irse a dormir, porque sino no le entraba el sueño.
Aquel día le tocaba ver la novela Doña Sofía, la que tanto le gustaba a María. Por la noche, después de cenar una tortilla de patatas y un filete de cerdo, encendió la televisión para poner la novela. De momento estaba en la publicidad y fue a buscar un helado de vainilla con chocolate que había en el congelador. Se estiró y se puso a ver la novela. Doña Sofía estaba con su hermano dando una vuelta en el parque más cercano a su casa, y el hermano, cuyo nombre era Manuel, le explicaba a Sofía que Mireia, su hija, últimamente no salía de casa, ya que no tenía trabajo, y que no debería de quedarse en casa todos los días solo viendo novelas. Sofía, sin pensárselo dos veces, fue a hacerle una visita para ver si así la animaba un poco. Por la noche, se presentó en casa de María y, como no, la vio que estaba estirada en el sofá granate comiendo un helado de vainilla y chocolate.

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