lunes, 1 de octubre de 2012

Texto de Júlia Royuela Daura

Mi nombre es Cosimo. Soy hijo de un barón y gozo de cierta fama por una peculiaridad propia: vivo en los árboles. El motivo de mi modo de vida es que no soporto obedecer órdenes absurdas. Vivir en los árboles me permite ser libre, no depender de los demás; no obstante, tiene algunas desventajas.
Una de ellas es que no puedo dormir completamente tumbado; aunque elija ramas gruesas y largas, nunca lo son suficientemente resistentes. Otro inconveniente es que mi dieta no es muy variada. Me alimento de frutos, huevos y carne de ave. Echo de menos algunos alimentos como los cereales o la leche. En alguna ocasión, fabrico una caña con una fina y larga rama, y, desde lo alto de los chopos, cercanos al río, intento pescar algo, pero me resulta muy difícil.
Lo que sí me gusta de la vida en los árboles es que puedo observar desde lo alto sin ser visto. La gente no suele mirar al cielo y, aunque me desplace de copa en copa, paso inadvertido. Otro entretenimiento en mis largos ratos de ocio es la lectura; leo constantemente, sin que nadie me moleste.
Para acabar, me gustaría destacar que es muy agradable despertarse con el canto de los pájaros. Sus trinos son siempre originales y melódicos. 
Considero que después de valorar las principales ventajas e inconvenientes, vivir así es para mí positivo. No lo cambiaría por nada.

JÚLIA ROYUELA DAURA    2º ESO A

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